Poesía

A Ingrid Escamilla


Yo sí sentí el cuchillo y la carne desgarrada,
los odios y la sangre,
el llanto imposible al borde del amanecer.
 
Sentí el olor a vísceras de las alcantarillas,
el pavor de los ojos arrancados
queriendo mirar a las hijas del futuro
—sin violencia.
 
Yo también sentí el descarne,
como quien rasga una ropa vieja con desprecio,
 un tirón,
              y dos,
                       ¡y cientos!

Al cuerpo tibio y desordenado lo vi,
la cabeza sin rostro contemplando los brazos
y las piernas indefensas,
amputadas,
sin poder huir de la ignominia.
 
Y se repite ese olor
a tripas,
       a miedo,
                a grasa,
                        a sangre.
 
Sí,
esta vez ganó el espanto.
Yo también lo sentí.


(México, 12 de febrero de 2020)

Madre, mujer negra, migrante nacida en Cuba. Abogada, investigadora, militante feminista y antirracista. Ahora escribidora

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