Poesía

Colectiva “A flor de piel”

“A flor de piel” es un espacio de encuentro entre mujeres que gustan de la poesía, que la escriben, la leen o sencillamente la viven. Aunque ubicadas en Tepoztlán, México, realmente somos mujeres del mundo que a través de versos nos expresamos. Hoy, Mariana, Astrid y Alina, queremos compartirles algunos poemas propios con motivo del Día Internacional de la Poesía.

Mariana Nalda: Hija, sobrina y nietas de poetas, yo Mariana Judith escribo por necesidad, porque “mi voz es inevitable y sólo se asoma a veces”. Amante de la naturaleza y el movimiento, facilitadora de procesos físicos y emocionales, eterna trabajadora conmigo misma.

 Privilegios (a la memoria de mi madre)

¡Fuego!

Agua,
tierra
aire éter
privilegios de mi madre


 fémures
    húmeros
         paloma


río
risas
lágrimas
abrazo


y un  secreto en mi bolsillo.

……………………..

Nada me es ajeno
ni la locura,
ni los locos,
ni el dolor
y las callecitas de Buenos Aires
que tienen ese que se yo... ¿viste?

Ni la aburrida , estéril
cordura de los cuerdos
ni los muros de la mente
la soledad y el aislamiento.

Tampoco el cementerio.

Esta, mi voz inevitable
sólo se asoma a veces
necesaria
única,
atrevida, impúdica, escurridiza.

Empieza a sonar desde temprano
me despierta
es un torbellino,
y cuando llega
¡qué alivio!

Una voz que se expresa es un río que suena .

Astrid Zúñiga: Apasionada de la belleza en sus caóticas formas. Gestora, restauradora de patrimonio cultural, artista de clóset.

El silencio me carcome los rincones
Es más bien corrosión de mi propio sonido
La verdad que se mantuvo en el orgullo
El llanto protegido por su propia belleza

No silenciaré más el estanque de mis días.
No rebuscaré los cauces de lo ya podrido
-reconozco que puede generar cierto placer hacerlo.-
Caminaré los pasos desde el centro
Y con la lentitud que yo decida
Y mientras tanto el viento ha de esperar
A que mi romper se vea en el crepúsculo.

………………………..

 Este corazón de barro
Cántaro de Tlaquepaque
Polvo de heridas de antaño
Chimenea, sahumerio, cenicero.

Hacer cacao en él:
Molerle bien la canela, miel y sal
Chile del ensueño
Sangre de la ausencia.

Beber su tremendo llanto
Mascar bien las semillas
Soplar el pinole de su alma
Rascar el asiento dulce.

Alina Herrera: Amadora de la vida y de lo vivo, justiciera empedernida, periodista abortada, escribidora de su sueño por un mundo mejor.

A veces es como si tuviera mala digestión
y me eructara sus demonios,
a veces me asfixian sus murallas,
altísimas,
deformes,
para impedirme, como condena,
mirar el horizonte.

Otras veces es como si se viniera sola,
cuando llueve,
como si se abriera la tierra de par en par,
y entre sus orgasmos mojados
reverdeciera la vida y el planeta.
Como si me extendiera de tanto gozo
por sus raudales,
arroyos y cascadas

Y así,
entre maldita iracunda que me quiere aplastar
y mansa bendecida que me quiere florecer,
Así ella,
la montaña,
y yo,
que a veces viene a mí
y a veces soy ella.

………………..

Mi piel de obsidiana 
me ilumina en las noches.

Como las panteras,
podré tomar cualquier forma,
pero no otro color.

Madre, mujer negra, migrante nacida en Cuba. Abogada, investigadora, militante feminista y antirracista. Ahora escribidora

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