• Poesía

    A Ingrid Escamilla

    Yo sí sentí el cuchillo y la carne desgarrada, los odios y la sangre, el llanto imposible al borde del amanecer.   Sentí el olor a vísceras de las alcantarillas, el pavor de los ojos arrancados queriendo mirar a las hijas del futuro —sin violencia.   Yo también sentí el descarne, como quien rasga una ropa vieja con desprecio,  un tirón,               y dos,                        ¡y cientos! Al cuerpo tibio y desordenado lo vi, la cabeza sin rostro contemplando los brazos y las piernas indefensas, amputadas, sin poder huir de la ignominia.   Y se repite ese olor a tripas,        a miedo,                 a grasa,                         a sangre.  …