Son días en que solo lo quiero a él
y a mis deseos,
vengarnos de la lluvia incesante
con su carne y la mía.
Moverme allí
donde solo se columpian
las ganas,
quedarme sin aire
sin latidos,
nomás el pulso precipitado
de la vida que llora y se desangra.
Son días de savia y aliento viciado,
el infinito sí existe y es con él,
sentir el golpe de sus olas
en mi vientre,
el vaivén que acompaña mi montura
y morirme vertical sobre su humanidad toda.
Eres inconforme me dice,
y yo solo le asiento con la cabeza
mientras le muerdo la mirada.
El corazón desciende,
exhalo las memorias,
sé que las paredes guardan nuestras canciones
y le vuelvo a mojar los dedos con mi boca,
a decirle que sí,
esta vez con palabras exhaustas
que ha sido el mejor,
que es el culpable de mi vida insaciable.
Tepoztlán, en el otoño lluvioso y frío de septiembre, Alina Herrera Fuentes
Imagen tomada de "Desde este mundo"
Un Comentario
Adriana Herrera
Hermoso ‼️
Te admiro tanto