En mi jardín
Poesía

Aletean


Aletean,
me despeinan el corazón,
me lo crispan.
 
Liban la vida y sus espinas,
me estremecen.
Nunca sonríen,
pero aletean.
 
Las flores y el néctar
son una misión muy seria.
 
Pequeños ícaros de jade,
hacen que el mundo se reverse tierno
a pesar de las piedras y el diluvio.
 
Aletean,
dibujo de lo infinito,
pálpito de la libertad más férrea,
—No se engañen con el tamaño,
es el calibre implosivo de la resurrección—
 
Tantos viajes al sol
para quedarse con la inquietud de los segundos
y salvarnos a nosotros de nuestra prisa.
 
Brújulas, relojes de arena,
dioses del tiempo
que me levantan los párpados
con sus picos de almíbar
para asomarme un mundo nuevo.
Me ventilan la sonrisa.
 
Colibrí zurdo del sur,
Huitzilopótchli,
conocer los secretos del inframundo
para traernos paz
y no la guerra.
 
Mensajeros de lo justo
que polinizan mis besos
con el polvo del camino,
y hasta allí
me siembran el poder de la palabra,
la potencia entera de sus cortas vidas.
 
Aletean,
me salvo,
diminutos milagros de la física.

(Alina Herrera, 21 de marzo 2020, Tepoztlán)

Madre, mujer negra, migrante nacida en Cuba. Abogada, investigadora, militante feminista y antirracista. Ahora escribidora

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