Red LATAM y Distintas Latitudes: Feminicidios en Cuba, entrevista completa
La siguiente entrevista pertenece a una cobertura especial que hiciera la Red LATAM en el sitio web de Distintas Latitudes acerca de políticas o proyectos que han tenido lugar en el Caribe y que representen avances o éxitos en el enfrentamiento al fenómeno de los feminicidios.
Teniendo en cuenta que las respuestas fueron acotadas (suponiendo razones de extensión) y que por ello no se logra leer el alcance y el análisis integral de las mismas, se reproducen íntegramente a continuación.
– ¿Cuáles iniciativas o políticas públicas existen en Cuba para combatir la violencia de género y los feminicidios?
En Cuba es difícil encontrar una política pública refrendada mediante un instrumento legal específico que se enfoque especialmente en la violencia de género y los feminicidios. Las políticas en Cuba relacionadas con las mujeres se encuentras interrelacionadas o incorporadas en otros programas más amplios o con otro objeto de regulación y/o protección a partir de los cuales un sector de las mujeres resultan beneficiadas (son varias las iniciativas que comprenden como un eje específico la maternidad, los cuidados y atendiendo a la concepción más amplia de género, o sea, no estrictamente relacionado con las mujeres cis, encontramos algunos programas enfocados en las personas identificadas con la comunidad LGBTI)
Además, desde el punto de vista institucional tenemos a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que, al ser una organización de masas, se encuentra presente a lo largo y ancho del país mediante su estructura nacional, provincial, municipal y barrial. Por mandato constitucional, es el mecanismo encargado de las políticas y programas enfocados en las mujeres, incluso con iniciativa legislativa. En este sentido, es la organización que lidera la atención a las mujeres y en específico las violencias basadas en género.
Si entendemos que el feminicidio es un fenómeno multifactorial y multicausal, podemos decir que esta amplia presencia institucional y los programas interrelacionados con la atención a otros problemas nacionales han incidido en que nuestra tasa de feminicidio no se encuentre en cifras alarmantes a pesar de la falta de políticas específicas que son imprescindibles y perentorias. Y, para entender estos resultados (con los cuales no nos quedamos conformes pues la meta es la erradicación) también es preciso comprender la trayectoria histórica de los movimientos de mujeres en Cuba con el impulso fundamental del proceso revolucionario.
No obstante, podemos mencionar bajo la misma tesitura de la interdisciplinariedad en cuanto a la atención a las violencias basadas en género y feminicidios la campaña Evoluciona contra el acoso callejero, la campaña Junt@s por la no violencia (con una marcada intensión inclusiva respecto a las identidades diversas), las campañas acerca de los cuidados corresponsables, y otras iniciativas como programas de televisión, mesas de debates, cobertura en prensa estatal, concursos de carteles de diseño, etc.
Sin embargo, he mencionado hasta aquí lo relacionado con las iniciativas estatales, pero desde la sociedad civil también se han creado iniciativas de acompañamiento contra la violencia basada en género y los feminicidios como la plataforma Yo sí te creo en Cuba y el Observatorio de feminicidios llevado a cabo por varias activistas. Se han creado varias revistas digitales especializadas en género, la prensa no estatal también ha tenido una amplia cobertura, aunque no siempre ha sido de manera satisfactoria (principalmente aquellos medios que no tienen ningún compromiso con los feminismos), y todas estas iniciativas han sido catalizadores en las respuestas institucionales.
Considero que es muy valioso comprender la dimensión multidisciplinaria para combatir las violencias basadas en género y el feminicidio, sin embargo, respaldar estas intenciones mediante políticas públicas y leyes robustece la respuesta estatal de cara a las garantías de los derechos y de cara a la responsabilidad institucional. Es decir, la atención interdisciplinaria y el respaldo legal de las políticas deben diseñarse en paralelo, las dos cosas simultáneamente.
– A grandes rasgos, ¿cuáles otras serían necesarias, en tu opinión?
Una Ley integral contra las violencias basadas en género y sexualidad, que permita delimitar definiciones, obligaciones institucionales, derechos, garantías, etc. Un programa para la creación de refugios y para la reparación de esas víctimas que incluya la salida regulada y con garantías de subsistencia de los mismos. Un programa para garantizar el acceso al empleo y al sector no estatal de la economía y que respalde a su vez el principio de no discriminación con carácter interseccional. Políticas de acciones afirmativas, políticas más amplias de cuidado corresponsable entre el estado y las familias. Creación de protocolos de atención a estas violencias, creación de divisiones especializadas de investigación y administración de justicia, mayores capacitaciones (fundamentalmente a los operadores del derecho y a los agentes policiales), creación de protocolos de acompañamiento, creación de programas de reparación a víctimas y/o atención a sus familiares. Y muchas más…
Es importante destacar que el país se encuentra inmerso en la renovación del ordenamiento jurídico ( o buena parte de él) a raíz de la aprobación de la nueva constitución y próximamente se promulgarán nuevas leyes de procedimiento, un nuevo código penal, un nuevo código de familia, entre otros, y esto crea una expectativa importante en cuanto a la satisfacción de varias demandas de tipo legal como la eliminación de la excepcionalidad del matrimonio infantil, la tipificación del feminicidio, de otros delitos relacionados con la violencia de género, el reconocimiento legal de las identidades trans, reconocimiento y vías de solución para las violencias intrafamiliares o domésticas en su más amplia variación, el matrimonio igualitario, etc.
– Recientemente se ha conocido acerca del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres. ¿Cómo valoras esta iniciativa?
Es un salto cualitativo importante en el reconocimiento de las desigualdades basadas en género y claro está, de las violencias también. Estamos hablando de un instrumento legal, es un Decreto Presidencial considerado por él mismo como la “piedra angular” o “la agenda estatal” para el despliegue y desarrollo de las políticas a favor de las mujeres como continuidad del avance de la igualdad de género. Esta no es una respuesta menor.
Ciertamente tiene varios aspectos y enfoques perfectibles, el título, por ejemplo, ha causado estupor en algunas feministas y otres activistas sociales debido al término Adelanto, alineado a la teoría feminista liberal de “mujer moderna” enmarcada en nociones desarrollistas y de progreso lo cual es determinantemente racista y colonialista, sin embargo, el contenido es más importante y claro que también tiene aspectos a perfeccionar.
De este programa saldrán leyes (esperemos), políticas públicas, otros programas e iniciativas que incidirán en la eliminación paulatina de las brechas, de las violencias y de las desigualdades. Lo considero realmente muy importante.
– También se anunció la creación de un Observatorio de Género que incluirá registros actualizados sobre feminicidios ¿Qué retos supone este proyecto? ¿Cuáles impactos crees que podría tener?
No solo feminicidios, también otras formas de violencias basadas en género.
El impacto será favorable en su totalidad, será como tener ojos para poder ver cuál es la situación de las mujeres. Las estadísticas, los datos oficiales y la transparencia y publicación de los mismos son imprescindibles, sin ellos ¿cómo se traza una política? Y otra pregunta más primigenia ¿cómo sabemos la magnitud del problema? Reitero que la publicación de estos datos será tan importante como el Observatorio mismo.
– Algo más que quisieras agregar…
Son muchos los derroteros porque los problemas existen y son complejos. No podemos hablar de violencia sin hablar de desigualdades, tampoco de desigualdades si no sometemos al fenómeno a un análisis situado y contextual y en interconexión con los fenómenos geopolíticos de nuestra región: neoconservadurismos, fundamentalismos religiosos, actores antiderechos, globalización neoliberal, crisis, bloqueo estadounidense, asedio y resistencia del proyecto socialista. Sin embargo, todo afecta y atraviesa el cuerpo de las mujeres y cuerpos sexodisidentes todos en sus múltiples intersecciones como expresión de la imbricación de los sistemas de dominación (capitalismo neoliberal patriarcal colonial heterociscentrado, si bien en Cuba no podemos hablar de un sistema construido en base al capitalismo neoliberal, estamos insertos en un sistema mundo unipolar que nos afecta). Por ello es imprescindible atender las demandas de los feminismos en Cuba, y desde los feminismos plantearnos también, no solo una descripción de los problemas, sino también cómo transformamos esas realidades, cómo revertimos las violencias, las desigualdades como expresiones del Patriarcado, pero entonces también cómo revertimos ese capitalismo (el externo y el que pueda estar emergiendo intramuros). No me queda la menor duda de que profundizar el socialismo en Cuba implica, además, acoger a los feminismos como movimientos sociales por la justicia social.
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2021
La cobertura se puede consultar aquí
Imagen: Carlos Hernández, tomado de Ideal, Granada