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Poema sin título (I)
A quienes migramos Llegar y colocar los afectos en cada rincón Saber que tiene fecha de vencimiento Partir y arrancarlos de nuevo de su lugar Aguantar el diluvio en las mejillas Cerrarle el pecho a la nostalgia que inicia Clausurar los abrazos tristes Hasta el próximo regreso
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Océano
La tristeza de los naufragios. Tirar de nuevo el corazón al bote y empujarlo hacia altamar, dejando el cuerpo abandonado en la orilla, y verlo alejarse con ojos de vidrio. Ausencias suicidas. Autoexiliados a la deriva. El horizonte es, a veces, la cárcel de los insomnios, donde espera impaciente el futuro amordazado. Quiero respirar bajo el agua, aguantar la sal en mis pulmones, y tragarme el océano. ¡Todo el océano de una puñetera vez!