Poesía

Puntos cardinales

Puntos Cardinales

Sentir el rumor del viento que arrastra

las hojas secas que se van, y vuelven,

como en espiral,

                         sería la llegada del invierno.

Las palmas se sacuden del ayer

y salen a desabrigarse agitadas para intentar,

aprovechando la brisa,

alcanzar las nubes. Estas que corren veloces

escapando de las primeras luces del amanecer.

                           Y aquí abajo

la vida rastrera sigue fría y agitada.

No hay nada como despertar con la furia del mar rompiendo las rocas,

saber que está helado,

pero limpio y más vivo,

agigantado

y hambriento de la orilla.

No hay como abrir los ojos

                                y saber que estoy aquí

volviendo a escuchar los susurros de diciembre

antes de que asome el sol,

que algo sobre sal y peces siempre me dice

                                   si pego bien la oreja en las paredes,

aunque me embargue la soledad de las olas tristes de enero,

estoy aquí.

Tendida en la cama,

Premeditando la fuga de los árboles

de los arbustos despavoridos en clave de aire frío

ese aire noble y persistente del este de La Habana.

Y de nuevo mis sentidos en el arrecife,

en el cielo impávido,

en el polvo de los patios que se arremolinan,

esos puntos cardinales me dicen,

gustosos, que estoy aquí,

                                      en casa.

Madre, mujer negra, migrante nacida en Cuba. Abogada, investigadora, militante feminista y antirracista. Ahora escribidora

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