Antirracismo,  Publicaciones

Negro Transparente / Robe L. Ninho

Desde que comencé a escuchar la intro de Negro Transparente de Robe L. Ninho, sentí que era el disco que esperábamos, que necesitábamos quienes bregamos en el largo y escabroso camino del antirracismo. Desde la sonoridad hasta las letras. Desde la estética de la portada hasta  la acústica. Los casi 44 minutos que dura el disco me provocaron ese ethos de gozo y resistencia. Una simbiosis entre notas nacidas de musicalidades negras y pálpitos de reivindicación y afroconciencia.

Justamente, Descolonización mental (título de la intro) representa el preludio de las ideas centrales que inspiran los 12 temas que componen el disco:

Negro transparente. Ubuntu. Resistencia antirracista. Enseñando a desaprender.

Afrosembrando. Descolonización mental (4 veces). 

Nunca será esclavo aquel que de reyes desciende. Resistencia antirracista desde el arte. 

Somos fototipo 6, porque ser negro es hermoso. 

Bendita la melanina porque ser negro es hermoso. 

¡Soy un cimarrón!

 Así se escucha con fuerza de coros. Una suerte de lemas que han cimbrado la lucha de los pueblos negros y, sobre todo, las experiencias de personas afrodescendientes que intentan recuperar una filosofía de vida marcada por la negritud, contra la marginalización y el rechazo.

Ubuntu, palabra de origen sudafricano, que en zulú significa “una persona es una persona a causa de los demás” o traducido en forma más sintética “Soy porque somos”, marca el lugar de enunciación de Negro Transparente. La voz de Robe L. brota de un sentipensar colectivo, ancestral. Desaprender dinámicas racistas naturalizadas (evidentes o no) es la tarea titánica a la que nos sometemos diariamente como personas con conciencia racial. La negritud como sinónimo de belleza nos recuerda el Black is beautiful y el Black Pride, ligados al movimiento por los derechos civiles de Estados Unidos a partir de los años 60 y a los Panteras Negras. Paralelamente, dichas luchas echaron raíces en los territorios del sur de las Américas, particularmente en Brasil, aunque se extendieron por toda la región.

El cimarronaje recupera la memoria histórica de quienes se rebelaron contra la esclavización, el cepo y el barracón. Simboliza la fuga de la opresión, la liberación de las personas negras esclavizadas en clave de contrapoder, contrasistema; la posibilidad de una nueva vida al margen (en palenques, escondidos monte adentro) del orden esclavista.

Mientras escuchaba los temas cuarto y séptimo (Cimarronaje y Cimarrón) pensé en algunos cantantes cubanos que también han asumido el simbolismo del cimarrón como identidad propia. Pienso en William Vivanco, en Cimafunk, pero, sobre todo, en Kumar. La mera identidad no implica necesariamente la realización de una obra con narrativas e interpelaciones acordes al cimarronaje, o a la cuestión de la emancipación negra. Por eso rescaté Subleva’o, de Kumar y MATE, mientras escribía estas líneas.

Hace tiempo dejé de ser esclavizado por patrones, que no sé quién los implantó. Hace mucho rompí los grilletes que encadenaban mi inspiración. Mi alma se volvió cimarrona desde el día en que decidí ser como quería y no como lo que esté de moda (…) Subleva’o ando, cimarroneando en esta jungla de cemento, donde los pensamientos cada vez son más violentos (…) ya me escapé y yo solo sé que tengo mi palenque allí donde nadie lo vea y como perro jíbaro, corren libres mis ideas, porque los caminos, no se hicieron solos ¡Subleva’o!

La herencia de la que se enriquece Negro Transparente es vasta. Sobre todo alimentada por el movimiento hip hop cubano, particularmente por agrupaciones insignes como Anónimo Consejo, Obsesión y Krudxs Cubensi. Todas ellas han reivindicado nuestra memoria afro, desde una lectura contrahegemónica  de la nación cubana, con el aporte de las realidades, cultura y cosmovisión de los colectivos negros. Su cimarronaje, por tanto, no solo incorpora una identidad y narrativa afrocentradas, sino también propuestas musicales en fuga de las pautas mercantilistas del mercado y su industria. 

En Guarachar Pensando se escucha, a golpe de ritmos percutivos para mover bien el cuerpo, que “se puede bailar sin perder el sentido, no puede ser banal todo lo que se ha movido, ni por ser conceptual tiene que ser aburrido. Yo vine a darte ritmo, pero con contenido”. Denuncia las letras que hacen apología a la violencia, a las drogas y a la “pornografía musical”, en referencia (quizás) a las líricas sexualmente explícitas de la música urbana y el reguetón en función de las ventas y no de la creación artística; a las que señala como “homófobas, misóginas y machistas”.

La última entrega de Robe L. Ninho apunta a varias deudas sociales con los sectores racializados, sobre todo aquellas centradas en la prosperidad económica y en la vida digna. También, y tal vez como no me lo esperaba, nos regala piezas de una honda alegoría amorosa desde varias dimensiones, como la paternidad.

Sus hits, sin embargo, ya vienen labrando un recorrido por  la escena musical cubana. Cabello Bello y N.E.G.R.O resaltan la belleza afro como formas de resistencia y de existencia descolonial y desobediente, a la vez que integra el uso de la “e” como lenguaje incluyente. Mediante la mezcla de ritmos afrocubanos con sonoridades contemporáneas, ambos temas logran desafiar la estética eurocentrada y la blanquitud como epicentro de la belleza tradicional, desde tramas discursivas que desdoblan la historia y la cultura, y por las que desfilan personalidades insignes del deporte, la política y la música desde una visión del “orgullo negro”.

Si acaso señalaría el excesivo uso de referentes y banderas militantes, para que no se pase de la consciencia en la lucha a un utilitarismo de esos símbolos. Los bordes y las fronteras son apenas visibles. El “empoderamiento” y el éxito individual poco tienen que ver con la filosofía Ubuntu. Por eso se debe cuidar el trabajo serio cuando tiene un impacto social importante.

Como me ha dicho un amigo, necesitamos muchos Robe L. Ninho que proliferen desde distintos ámbitos y causas, con una estética auténtica, comprometida y desafiante a la vez. Mientras escucho el último tema, salta un fragmento que me parece de los más potentes:

Y esta va pa’ todos los que hemos hecho parte de este movimiento artístico de resistencia, los que hemos hecho arte por amor al arte, sin recursos, con censura. A todos los hiphopers que nos han matado, a todos los hiphopers que han encarcelado. ¡Que viva el hip hop cubano!    

Imagen: Tomada de Magazine AMPM

Publicado en: Magazine AMPM

Madre, mujer negra, migrante nacida en Cuba. Abogada, investigadora, militante feminista y antirracista. Ahora escribidora

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