“No lo sabes”

Pienso en las mujeres pariendo en las prisiones
 En el moho de los pisos
 En el encierro de los reos
 No lo sabes
 Pero los barrotes de hierro 
 No se corroen en las cárceles
 Es la grasa de tantas manos
 Soñando la libertad de afuera
 Por tantas caras asomadas
 Queriendo respirar nuestros suspiros.

 Pienso en el hijo aquel,
 En la piel quebrada por garrote
 En el infierno de las niñas
 Que les manchan la ingenuidad del almanaque.
 No lo sabes
 Pero las casas pueden ser cárceles
 La casa no es la casa
 Cuando el padre
 Es el látigo
 Sobre la espalda de sueños de los críos

 Pienso en las bombas
 En las guerras
 En el medio oriente asesinado
 Si ya pararon la enfermedad del poderío
 Por el miedo real de los contagios

 Pienso en los huérfanos
 ¿Quién les lavará las manitas?
¿Quién les cuidará en cuarentena?
 No lo sabes
 Pero los encontrarás sentados
 Cada día de sus vidas
 En la puerta del olvido
 Esperando el arrullo
 Al corazón
 Por tanta indiferencia colectiva

 Pienso en el migrante descalzo
 Aquella de los charcos
 Los tapados con sereno
 Las bañadas con el barro
 Pienso en su falta de miedo
 La incertidumbre del mañana
 Les superó la existencia
 No lo sabes
 Pero nos tienen lástima
 De vernos asustados escondiéndonos
 Del aire
 Del virus
 De nosotros mismos

 Pienso en la vejez sola
 A punto de dormirse intubada
 Reanimada con cables 
 Ventilación manual
 Un beso guardado
 Diciendo que no
 Que no aprendimos
 Que ya es tarde
 Y no lo sabes.

 (Alina Herrera, Tepoztlán, noche del 21 de marzo de 2020)